martes, 21 de julio de 2015

Gutiérrez Plaza desdibuja las esferas entre lo íntimo y lo público

Arturo Gutiérrez Paza publicó este año un libro de antología, no sólo por la manera en que convierte en texto el dolor por la muerte de su madre, sino también por la manera en que esa ausencia configura una manera de comprender el momento histórico en el “país dividido, violento e indescifrable” que es la Venezuela contemporánea. Cuidados intensivos, más que un poemario es un testimonio de amor entre cuyos motivos destaca el discurso sobre la pérdida que con frecuencia pasa de lo social a lo íntimo o viceversa, demostrando las maneras como lo político puede afectar la esfera psicológica del que escribe.
Arturo Gutiérrez Plaza
Foto:Qué Leer Venezuela
Para Gutiérrez Plaza, la dicotomía a entre lo social y lo personal es necesaria, puesto que toda escritura surge de ese choque, de esa “confrontación entre una subjetividad que busca expresarse, sin tener del todo claro el qué y el cómo que dará corporeidad a modo de respuesta a esa necesidad, y una situación externa que conforma la circunstancia concreta y vital en la que se da la escritura”. Añade que esta exterioridad objetiva, que en la hoja en blanco sobre la cual el poeta intentará escribir, configurará también la circunstancia existencial en la que se ha de producir el texto, no sólo como contexto sino más bien con el texto:  “Digamos que con el trazo de cada palabra escrita, borroneada o tachada lo que se escenifica es, justamente, ese proceso de expansión de una subjetividad que para satisfacer el propósito de hurgar en sí misma necesita volcarse en lo otro, en aquello de lo que también forma parte, y que se transmuta en contenido y no sólo en continente de lo escrito. En particular, la situación social y política actúa también, inevitablemente, dentro de esa dinámica en las que indefectiblemente se desdibujan las esferas de lo íntimo y lo público, sin que ello suponga, al momento de escribir, una necesaria acción programática; es decir, sin que ello responda a la intención de exponer en versos unas ideas políticas. Con frecuencia son los temas los que se imponen o más bien yuxtaponen al entrar en diálogo esos distintos ámbitos de la experiencia que por convención o comodidad calificamos de subjetivos y objetivos”, explica el también autor de Itinerarios de la ciudad en la poesía venezolana: una metáfora del cambio (Fundación para la Cultura Urbana, 2010).

Entre la nostalgia y el dolor. De esa necesidad de lo personal para entender lo social y de lo macro para situar lo íntimo el Cuidados intensivos recibe sus versos más poderosos, esos que imbrican a la nostalgia de la patria, el dolor de la falta de la madre.
Resulta curioso que la figura patriarcal, encarnada en la palabra ‘patria’, sea a la que recurrimos más habitualmente para expresar esa relación filial con el espacio, la historia y la cultura a la que pertenecemos, de acuerdo al lugar de nuestro nacimiento o al de nuestras primeras experiencias fundamentales de vida”, explica el poeta y académico, antes de recordar que la historia ha recurrido a otro eufemismo para referirse a esa patria que antecede a la propia, España, que fue la colonizadora de Venezuela y la que dejó en legado, para bien o para mal, su herencia lingüística y cultural: “Me refiero a la expresión ‘Madre Patria’. Me gustaría pensar que en realidad toda ‘Patria’ es una ‘Madre Patria’ o en su defecto algo que podríamos denominar una ‘Matria’”.
Rehuyendo de una respuesta que comprometa más su intimidad o que le haga rememorar los días terribles entre el 13 de junio y el 13 de julio de 2014 en los cuales conoció muy bien, demasiado bien, las salas de cuidado intensivo de la clínica donde estaba recluida su madre, Gutiérrez Plaza hace lo que mejor sabe hacer un escritor: ‘literaturizar’ su tristeza y explica que en su libro, más que a la nostalgia, se refiere al “dolor” ante la inminencia de la pérdida, “la vivencia en un umbral angustioso o la intuición de estar al borde de lo fatal [fue] lo que emparentó esas dos palabras que nos remiten a las dimensiones más entrañables de lo afectivo: ‘madre’ y ‘país’”. Añade que la palabra “nostalgia”, “en efecto, expresa en importante medida la noción de lo propio ya perdido, en este libro, tanto en lo que se refiere al país como a otros ‘lugares’ donde se sustenta la afectividad”, pero que, por ahora, el único registro que para Gutiérrez Plaza cabe en su obra es el sufrimiento.
“En relación con la perdida de la madre, el título mismo del libro sirve como anuncio premonitorio de algo no previsto durante la escritura del conjunto de poemas. En tal sentido, el dolor es raigal y sustancialmente en tiempo presente. A partir de allí se iniciará, con seguridad, el camino hacia la nostalgia”, concluye el poeta.

@michiroche

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