martes, 23 de junio de 2015

Silda Cordoliani: Me he esforzado en saber qué es lo femenino

En la biblioteca de Silda Cordoliani, los hombres y las mujeres van por separado. “Como las antiguas escuelitas”, bromea. La narradora y editora, para quien la escritura es algo natural, “algo inherente pero no urgente”, no es una persona de tomarse los asuntos de las letras a la ligera. Por eso, la separación entre los libros escritos por uno y por otro género va más allá de un capricho anacrónico. Se trata del trabajo de toda una vida. En la academia, en su trabajo como editora y en su propia obra impresa el interés que guía su trabajo es el de descubrir a la mujer como es realmente, fuera de los estereotipos y los modelos impuestos por la sociedad.
Silda Cordoliani
Foto: Omar Mesones
En esa misma línea se ubica el libro que acaba de publicar con la editorial estadounidense en castellano Artepoética Press, una antología de sus cuentos más representativos seleccionados por ella misma. La ha titulado Tiempo de ratas frías y otras historias y toma relatos de los otros tres obras en este género que suma  hasta la fecha: Babilonia (1993), La mujer por la ventana (1999) y En lugar del corazón (2008).
Porque aunque se afane en señalar que a estas obras las separa el tiempo y en la madurez, los une lo mismo que al resto de su trabajo: la mirada minuciosa de la mujer. “Mis primeros cuentos son de hace mucho tiempo, cuando el mundo era otro, cuando la comunicación entre hombres y mujeres, e incluso la sensibilidad, creo que eran distintas. Tenía la esperanza de saber cómo eran percibidos en la actualidad. Aunque tampoco estoy muy segura de que esta sea la respuesta”, explica la escritora nacida en Ciudad Bolívar en el año 1953, refiriéndose a la necesidad de publicar esta antología personal de su narrativa breve, género que le interesa como lectora y autora debido a su concreción y la limitada posibilidad de dispersión que ofrece.


– En otras entrevistas ha dicho que su interés se ubica en transmitir emociones, ¿de qué manera piensas que Tiempo de ratas frías…  es un catálogo emocional personal?
– Un catálogo de emociones esencialmente femeninas, no sé si para los demás. La intención es escarbar, desentrañar, llegar al punto ciego donde se inicia lo emocional. Por eso me gustó tanto un calificativo que dio a mis cuentos José Balza: “inmorales”. Inmorales no porque se enfrenten o contrapongan a la moral, sino porque, en eso que llamo punto ciego, lo esencialmente humano, la moral no tiene lugar, no existe.
– La presencia de lo femenino es fuerte en este libro ¿pueden las mujeres servir de metáfora literaria?
– No, las mujeres no son metáforas literarias en mis cuentos ni sirven para eso, simplemente son ellas, tal como en la vida real. Algo en lo que en verdad me he esforzado: saber qué es la mujer y también qué es lo femenino, dos cosas distintas por cierto. Creo que me he aproximado bastante, pero una parte no existe sin su opuesto, y en los opuestos sí que me siento perdida, tanteando a ciegas.
– ¿En qué se parece el trabajo de editora al de escritora?
– En lo riguroso, en lo meticuloso, en lo exigente. Podría decir que ser editora me ha ayudado en el oficio de escritora en la misma medida que te ayudan las lecturas en general, pero no estaría siendo completamente sincera. Si llegas a un libro que no te interesa siempre existe la posibilidad de abandonarlo, cosa que el editor no puede hacer ante un manuscrito que debe trabajar. Si este no te gusta, la tarea se convierte en algo muy arduo, pero a la vez en una enseñanza: he aquí lo que jamás se debería hacer, te vas diciendo a cada paso. Aunque otras veces, las menos, las mucho menos, empiezan a aparecer virtudes completamente ocultas en el primer vistazo o en las primeras páginas; entonces el manuscrito se te convierte en una revelación. Son momentos extraordinarios.

@michroche

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