jueves, 30 de octubre de 2014

Lo erudito y lo cotidiano en la Tierra

La voz erudita pero sin ornatos que suena en ¿Hay vida en la Tierra? hace del libro de Juan Villoro una obra fundamental para la biblioteca tanto de sus fanáticos, como la de aquellos que comienzan a descubrirle.
Edición Almadía (México, 2013)
Publicado en México por el sello independiente Almadía en 2012, en España por Anagrama y en Venezuela por Puntocero, el libro presenta una centena de sus artículos de opinión seleccionados entre los escritos desde mediados de la década de los años noventa hasta 2011 en las columnas “Autopista” y “Domingo Breve” que hasta 1999 tuvo en el periódico La Jornada Semanal, la titulada “Días robados” que sacó en la revista Letras Libres entre 2001 y 2004 y las colaboraciones que por cinco años publicó en el diario Reforma.
Los textos escogidos aquí no corresponden exactamente con el estilo de prosa de las páginas editoriales de la prensa diaria en las cuales se disecciona la realidad a partir del análisis de una propuesta. Las entradas de ¿Hay vida en la Tierra? se acercan más a la crónica –que el mismo Villoro define como “el ornitorrinco de los géneros”– al presentar la breve narración de episodios reales o ficticios, con el objeto de asegurar la atención del lector para quien resulta más fácil digerir la exposición de ideas abstractas a través de breves situaciones concretas. En “Cien historias”, que sirve de prefacio a la publicación, el mexicano nacido en 1956 se refiere a esta particularidad que atraviesa todos los escritos de este libro que “reúne artículos, o articuentos, como Juan José Millás llama a los aguafuertes periodísticos donde explora la fantasía de los hechos que aspiran a la condición de relatos accidentales” y los cuales –cuando los concebía para los medios de comunicación– intercalaba con otros relacionados con la pauta periodística de la semana que, según dice, “de manera más convencional justificaron mi papel de editorialista”. Así, hallaban desembocadura en la pluma del mismo autor la inmediatez del comentario noticioso y la profundidad de la crítica social, bien fuere por medio del análisis concienzudo propio del colaborador periodístico o de la narración sencilla de este heredero intelectual del también mexicano Carlos Monsiváis (1938-2010).
Pero si Villoro prefiere presentar breves narraciones es porque, como ocurre también en las buenas antologías de cuentos, ¿Hay vida en la Tierra? muestra el catálogo de sus obsesiones literarias, entre las cuales figuran los rasgos de identidad de su país, el entrecruzamiento de la cultura popular con las tradiciones folklóricas y los efectos de las nuevas tecnologías sobre las relaciones humanas. En esta colección de brevísimas obras maestras, el narrador, ensayista y reportero referencial de las letras mexicanas de estos tiempos trata con asuntos tan disímiles como la reconfiguración de las relaciones que ha causado la omnipresencia del celular –“que alguien te fotografíe con un teléfono debería ser una transgresión simbólica tan obvia como que un cura te dé la bendición con un zapato”, escribe– o los encantamientos mexicanos para mejorar el clima, que son sospechosamente parecidos a los venezolanos, incluyendo el cuchillo que antes de las fiestas se clava en la tierra para evitar que llueva –pues “la superstición es la forma más práctica de enfrentar los enigmas de la naturaleza”, según concluye–. Más adelante disecciona la identidad nacional mexicana, no a partir del significado de las rancheras sino del personaje más estereotipado de su cultura: el mariachi. “Prefiero que me den toques eléctricos a oír mariachi”, dice a un amigo que sintió insultado su nacionalismo al oírle. Pero Villoro encuentra en el perfil del músico nacional un revés interesante al pesimismo de sus compatriotas: “la contradicción entre orgullo fiestero y la crítica de nuestras lacras encuentra perfecta expresión en una música que nos exalta y nos aturde en idénticas dosis. ¿Hay mejor forma de mezclar irreconciliables intereses?”, propone en la entrada titulada “Se me olvidó otra vez”. Y es tal mezcla entre lo pop y lo tradicional, fundamentados sobre la erudición de quien ha sido profesor en la Universidad Autónoma de Madrid, en Yale, la Pompeu Fabra de Barcelona y Princeton la que evidencia la importancia de este título como caleidoscopio de la extensa obra de Villoro.

@michiroche


  
Nota: una versión de esta reseña fue publicada en el blog de la institución financiera Banesco (http://blog.banesco.com/blog/)







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