pudiera
reflejar la luz que le es propia,
para
que hiciera saltar el universo.
Luis Buñuel
Sonia
Chocrón es capaz de traducir los guiones, las cámaras y los actores en versos de
sala oscura, luz y movimiento. De lam isma manera en que fue
reinventada, a través del cine, la obra emblemática de Pamela Lynda Travers, la
autora venezolana toma en esta oportunidad a la famosa Mary Poppins y la convierte en poema. Además
de guionista de cine, televisión y narradora Chocrón también es poeta. Se podría
decir que le gusta ser reconocida como tal y la mejor prueba de ello son sus
poemarios: Toledana (1992), Púrpura (1998), La buena hora (2002), Poesía Re-unida (2010) y, ahora, Mary Poppins y otros poemas (2014). Esta
última fue publicada por la editorial Lugar Común y reúne 70 textos con versos que exponen un perfil cinematográfico,
entre los títulos se encuentran: “Como una novicia rebelde”, “Hitchcock”, “Último
tango”, “Ciudadano Kane”, “Poema para Chaplin”, “Un resplandor”, “Vaselina” y “El
país de las maravilla”.
Mary Poppins y otros poemas |
Los
poemas, las películas y viceversa han tenido una relación fijada en la belleza.
El segundo ha buscado en el primero introducir en la pantalla el mundo onírico,
sensible e instintivo, pero también una manera de revelar la realidad. Por ello
no es extraño descubrir que La tierra de Alvargonzález de Antonio Machado fue adaptada
para la película La laguna negra y La marcha triunfal de Rubén Darío en el film
¡Ya viene el cortejo!, además de la influencia del surrealismo en las películas
de Luis Buñuel o casos como el de Rafael Alberti que escribió poemas sobre los
cómicos del cine mudo y “El Charlot sentimental” (1918) de Louis Aragon.
Además
de que en Mary Poppins y otros poemas existe
esa relación cine y poesía, incuestionable desde el título, la introducción y
los versos, asimismo, en el poema central “Mary Poppins” se presentan otros
elementos complejos e íntimos como, la madre, la hija, la tristeza y el
recuerdo, es decir, en esta ocasión el film solo es un hilo, un vehículo: “por
la predecible huida de Mary mamá Poppins / yéndose levemente en su paraguas
volador / al aire / difusa / cada vez menos / cada vez menos / cada vez más mínima
en la pantalla de la memoria”.
En
el poema “Un resplandor” se
aprecia cierta camaradería con el protagonista, como si le dijera en una reunión
lo mal que se ve y sumado a esto la ambigüedad en el nombre ya que como se
conoce que Jack Nicholson hizo el papel de Jack Torrance en el film que más que una adaptación es
una reinvención de Stanley Kubrick con respecto a la obra de Stephen King:
“Jack, / querido, / viéndote así / a plena luz, / no eres el mismo. / Eres peor”.
Mientras
que en “Lo que el viento se llevó” solo el nombre guarda concordancia con una
de las películas más conocidas de la historia ya que aquí Chocrón expone la niñez,
la inocencia, el padre, la madre y
el transcurrir inexorable de los años:
“Un amor inconveniente que no pudimos coronar / la tersura de las manos de mi
madre / la virginidad exacta / el jazmín que perfumaba las tardes necias / los
abrazos rotos / el iris cielo azul de papá”.
En
“Dumbo” transforma la ternura de un clásico infantil en una imagen dolorosa,
oscura donde la muerte es la referencia principal: “Qué harán de mí / ahora que
me encuentro como una elefanta / desplomada / en la autopista / y no sé si el vértigo
soy yo misma / o los autos que me arrollan”.
Quien
lea a Chocrón encontrará versos sencillos cargados de su
trabajo de escritora y guionista. Y podrá descubrir además de la relación cine
y poesía, notas muy íntimas y autobiográficas que repiten: “Las películas son
como la vida”. Y lo son.
@DiosceMartínez
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